Con numerosas citas electorales a la vuelta de la esquina, inauguramos la semana con nuestro análisis sobre la cooperación que necesitamos en el contexto mundial actual. En el documento “Elecciones generales 2019: otra cooperación es urgente” se desgranan nuestras propuestas para esta política pública.
La diputada del PSOE, Carlota Merchán, analizó en este artículo los retos que, en su opinión, afronta la cooperación a partir del 28 de abril.
Una de las mejores noticias de esta esta semana ha sido el archivo de la causa abierta a la activista Helena Maleno. Helena describía en una carta conmovedora cómo ha sido vivir este tiempo en el que ha sido perseguida y criminalizada por defender la vida. “Esta victoria no me pertenece, y en esta nuestra trinchera vamos a continuar todas construyendo otros pensamientos para poner la vida en el centro”.
Mientras tanto, España y Marruecos trabajan en acuerdos y metodologías para repatriar a menores migrantes. Todo en ello en un escenario en el que, en el año 2017, 1.100 niñas y niños fueron asesinados en Siria, el año más mortífero desde que comenzó la guerra. Un escenario en el que España se consolida como séptimo país exportador de armas.
Un soplo de aire fresco para un mundo asfixiado
La juventud está cansada. Las movilizaciones en defensa del planeta y contra el cambio climático dan la vuelta al mundo y tiñen de verde las calles de nuestras ciudades y pueblos. Esta misma semana, la ONU difundió un informe demoledor; en él pide cambios sin precedentes para evitar el colapso del planeta. La situación es extrema.
En España, los chicos y chicas se han movilizado en las plazas de las ciudades españolas exigiendo medidas que protejan el planeta. En Europa, han denunciado ante la Eurocámara la inacción de los gobiernos frente al que es uno de los desafíos más acuciantes que enfrentamos como humanidad.
Nuestro presidente, Andrés R. Amayuelas, escribía este artículo en el que describía la necesidad de las “Huelgas por un mundo que merezca ser vivido”.
Cuando Greta Thunberg dejó de ir a clase los viernes para protestar contra el cambio climático, lo tenía muy claro: “Para qué vamos a estudiar, si nos habéis robado el futuro”. Las y los jóvenes abren una ventana por la que, al igual que la abierta por el 8M, entran aires de esperanza.